Con la típica ambientación de espada y brujería, Heroes of Ruin nos propone una historia bastante sugestiva: Ataraxis, poderosa esfinge y gobernador de la ciudad de Nexus, ha caído en un mágico sueño fruto de una maldición. Aquel héroe que logre romper el hechizo recibirá una cuantiosa recompensa y, claro, a la ciudad llegan mercenarios de todo el Velo (así se llama el mundo donde se desarrolla el juego). Y tú eres uno de ellos. En concreto, un Salvaje, un Justiciero, una Alquitecta o un Pistolero. Sí, porque el juego nos da estos cuatro tipos de personajes para elegir, cada uno con valores basicos distintos y, lo que es más importante, capaz de usar un tipo de armas. Esto, unido a la capacidad de variar algunos aspectos estéticos del personaje, y a que cada pieza de armadura que cambiamos se refleja en el modelo 3D, nos da la posibilidad de hacernos un personaje razonablemente diferente al de otros jugadores.

Una vez metidos en faena, el desarrollo no ofrece sorpresas, hay ciudades en las que aceptamos misiones, unas secundarias y otras obligatorias, pudiendo tener varias “empezadas” a la vez. Luego, nos metemos en las mazmorras, y a repartir a diestro y siniestro, a ganar experiencia y a recoger tesoros, que el juego tendrá más de 90.000 objetos distintos…

El control es diáfanamente sencillo: un botón para el ataque simple, que pulsado repetidamente da lugar a un corto combo, y que se puede cargar; y los otros tres para que los asignemos cualquiera de los ataques, hechizos o potenciadotes que iremos consiguiendo, para que estén a un golpe de botón. Lo mismo que las pócimas para recuperar vida y magia, asignadas a la cruceta. El “abc” del control de los “action RPG”, vamos, para que la acción no pare ni una fracción de segundo. Además, en nuestras primeras horas con el juego, el machaque de botones se suaviza con la necesidad de usar técnicas concretas contra ciertos enemigos, como los ataques cargados para romper su defensa. Y la variedad de nuevos poderes que vamos desbloqueando prometen dar profundidad a la cosa.

Aunque el elemento de las mazmorras que más no va a sorprender es que… su mapa se diseña aleatoriamente, y puede variar en cada partida. Naturalmente, los elementos clave, como jefes finales o personajes con los que hablar, siempre estarán ahí, pero ya sólo las modificaciones en los laberíntico trazados serán un cambio refrescante.

La gran duda que aún queda por despejar es ¿molará jugar online (o en red local) a Heroes of Ruin. A falta de comprobarlo, hay que apostar a que sí. Es pura lógica: este estilo de juego da mucho de sí en partidas multijugador, con nuestros personajes colaborando para acabar con los monstruos y compitiendo por las mejores recompensas. Pero la interacción entre jugadores irá más allá de la lucha conjunta, teniendo un papel fundamental el comercio de objetos: como muchos sólo valen para una clase de personaje, nos va a sobrar mucha “chatarra” con la que negociar… Incluso podremos regatear de viva voz, porque el juego incluirá chat… de eso, de voz.

Y otro elemento muy pero que muy a tener en cuenta: N-Space quiere fidelizar a los jugadores y que Heroes of Ruin sea una experiencia que les dure. Y, para ello, durante al menos un año, todos los días llegarán a nuestra consola nuevos desafíos mediante SpotPass. En qué consistirán… pues aún no sabemos.

Quedan incógnitas, claro, pero la “fórmula diablo” puede funcionar muy bien en una portátil y tanto Square-Enix como la propia Nintendo tiene mucha fe en este juego. Un título que puede colocar a n-Space en primera fila del desarrollo para la portátil de Nintendo.